TRANSFORMANDO UN PENSAMIENTO
Experiencia personal
El conocimiento que tenemos la gran mayoría de colombianos sobre la tradición indígena es prácticamente nula debido a una falta de intéres y al hecho de creer que lo antiguo, lo místico, lo tradicional y lo autóctono son conceptos e ideas anticuadas. Esta falta de interés por nuestra tradición se debe a que las sociedades modernas se encuentran permeadas por una culturas dominantes que traen consigo conceptos como la globalización y el consumismo las cuales han han generado un conflicto cultural en las últimas décadas.
Desde este punto de vista, el establecer contacto con la comunidad indígena de Cota, ha sido una experiencia enriquecedora por muchas razones. En primer lugar el conocimiento que he adquirido sobre la situación actual de esta comunidad, sus prácticas y sus costumbres ha sido notorio. Si se hace memoria y retomamos a nuestras lecciones de historia del colegio nunca se nos habló en detalle sobre las más de 86 comunidades indígenas que tiene nuestro país, nunca se nos habló de los más de 100 dialectos que se hablan en el territorio colombiano. De las pocas cosas que se enseñaban sobre los indígenas eran la forma en que los conquistadores europeos arrasaron con todo un continente habitado por indígenas. El contacto con esta comunidad, ha despertado las raíces indígenas que recorren mis venas. El poder escuchar historias que han pasado de generación en generación, el poder construir un instrumento autóctono y poderlo tocar, el tratar de aprender palabras de una lengua casi muerta hacen que cualquier colombiano sienta tristeza, no de la situación de ellos como grupo étnico, sino de nosotros como seres que perdimos nuestras raíces e identidad. Esto me lleva a pensar que tal vez esa es una de las razones por las cuales Colombia es lo que es, un país sin memoria. Finalmente los invito a no permitir que se siga perdiendo esta tradición, porque nos pertenece tanto como a ellos, sintámonos parte de ella, apropiémonos de nuestra historia.
Desde este punto de vista, el establecer contacto con la comunidad indígena de Cota, ha sido una experiencia enriquecedora por muchas razones. En primer lugar el conocimiento que he adquirido sobre la situación actual de esta comunidad, sus prácticas y sus costumbres ha sido notorio. Si se hace memoria y retomamos a nuestras lecciones de historia del colegio nunca se nos habló en detalle sobre las más de 86 comunidades indígenas que tiene nuestro país, nunca se nos habló de los más de 100 dialectos que se hablan en el territorio colombiano. De las pocas cosas que se enseñaban sobre los indígenas eran la forma en que los conquistadores europeos arrasaron con todo un continente habitado por indígenas. El contacto con esta comunidad, ha despertado las raíces indígenas que recorren mis venas. El poder escuchar historias que han pasado de generación en generación, el poder construir un instrumento autóctono y poderlo tocar, el tratar de aprender palabras de una lengua casi muerta hacen que cualquier colombiano sienta tristeza, no de la situación de ellos como grupo étnico, sino de nosotros como seres que perdimos nuestras raíces e identidad. Esto me lleva a pensar que tal vez esa es una de las razones por las cuales Colombia es lo que es, un país sin memoria. Finalmente los invito a no permitir que se siga perdiendo esta tradición, porque nos pertenece tanto como a ellos, sintámonos parte de ella, apropiémonos de nuestra historia.
Viviana Rubio